Cercanía porque son hermanos y hermanas nuestras. Casi con toda seguridad no son profesionales de la administración y mucho menos de la contabilidad. Han asumido ese servicio en la comunidad con generosidad y buena voluntad. Estar cerca de ellos significa acompañarlos en las dificultades, comprender siempre su buena voluntad y tolerar sus equivocaciones, por muy de brocha gorda que sean a veces. Estar cerca es visitarles, apreciarles, ayudarles y animarlos.
Esa cercanía tiene mucho que ver con el seguimiento. No se trata de controlar sino de seguir, de velar por su trabajo. Por no ser profesionales, porque muchas veces han asumido con generosidad y buena voluntad el trabajo que el resto de los hermanos o hermanas de la comunidad no han querido, hay que exigirles lo que se les puede exigir y no más. Hay que ser tolerantes y amplios. Y tener siempre presente, y que ellos lo tengan presente, que su función como ecónomos es un auténtico ministerio. Y que su servicio y ministerio fundamental es atender al bienestar material de los hermanos y no, como he dicho otras veces, ser los fiscales de los delitos económicos contra la pobreza del resto de los miembros de la comunidad. Siempre, es verdad, con un estilo austero pero teniendo como objetivo el bienestar de todos.
En ese seguimiento hay que recordar, a veces más el ecónomo provincial que los ecónomos locales, que es más importante administrar y servir que anotar perfectamente los gastos y los ingresos. Que es más importante servir al bienestar de los hermanos que llevar la contabilidad. Esto último si se puede, bien. Y si no se puede, pues ya se buscará otra solución que las hay.
Y supervisión que significa visitar y revisar con ellos o ellas la contabilidad y la administración que se hace, aclarar conceptos, unificar criterios, resolver problemas… Significa en la práctica que, además de una reunión anual, al menos, con todos los ecónomos, hay que saber tomarse el tiempo necesario para sentarse con cada uno de ellos en su casa y dialogar y revisar los papeles y las facturas y explicar en detalle lo que en las reuniones no se puede explicar.
En una mesa redonda hace unos meses me preguntaron sobre la formación de los ecónomos locales (otra cosa muy diferente es la formación de los administradores de las actividades pero de eso no toca hablar ahora). Dije que esas reuniones anuales eran muy importantes pero que igual de importantes eran las visitas de comunidad en comunidad y el tiempo de diálogo con cada uno de ellos o ellas. Para que salgan a la luz los problemas reales que tienen o sienten, para buscar soluciones prácticas y facilitarles la vida y el servicio que tan generosamente han asumido.
Volvemos a lo del principio: cercanía, seguimiento y supervisión. Y las tres con cariño, porque son nuestros hermanos y hermanas. Y desde la administración provincial hacer todo lo posible para ahorrarles trabajo y para facilitar su vida y su servicio. Que para eso está la administración provincial. Un último apunte: en esta etapa de confinamiento hemos aprendido que muchas reuniones y diálogos se pueden hacer por internet sin necesidad de viajar. Ojalá eso nos ayude a incrementar el diálogo y la cercanía.