LA SENCILLEZ DE LOS MÁS JÓVENES… (LC 22,24-27)

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(Comunidad ecuménica de Taizé). Este pasaje evangélico señala un episodio de la vida de Jesús donde surge una disputa entre los discípulos. ¡Qué alivio para nosotros saber que eran personas normales después de todo! Según Lucas se trata de uno de los momentos más importantes de la vida de Jesús, durante la última cena con sus discípulos, estaban discutiendo sobre quién de ellos era el más importante.

Es un momento muy difícil para los discípulos. Sus temores acerca de lo que sucederá, la incertidumbre sobre Jesús y su propio destino. ¿Cómo continuará el grupo si Jesús es secuestrado? ¿Quién será el nuevo líder? Podemos comprender cómo han llegado a discutir acerca de quién era el más importante.

En lugar de reprenderlos, Jesús les pone una imagen: “Los reyes de los paganos los tienen sometidos y los que imponen su autoridad se hacen llamar bienhechores”. Las formas de opresión y los elogios ritualizados que ellos reclamaban eran una triste realidad de la vida en el imperio romano. Que en aquel mismo momento, Jesús presente tal imagen a sus discípulos puede sorprender, pero fue sin duda saludable. Fue como si Jesús pusiera a sus discípulos un espejo para mostrarles que sus temores e inseguridades los estaban llevando en la dirección equivocada.

En los tiempos de Jesús, eran los más jóvenes o los que servían quienes se ocupaban de las necesidades de las personas de la casa, cultivando la tierra, alimentando a los miembros de la familia o más aún estando al cuidado de los enfermos y personas mayores. Si eran especialmente buenos y capaces contaban con el aprecio de todos, pero la primera cosa que se espera de ellos, era la fidelidad.

Que los discípulos sean como los más jóvenes, como los que sirven, eso quiere decir que permanecen en su lugar y no se apartan de las responsabilidades que les han sido dadas en la familia de Dios. “ Yo estoy en medio de vosotros como quien sirve” dice Jesús. En el Evangelio él no nos dice qué es lo que debemos hacer o cómo hacerlo, más bien él nos invita a entrar en el movimiento profundo de su propia vida. Es el camino de una desarmante sencillez, un camino donde el amor generoso de Dios viene a nuestro encuentro y nos llena.

  • ¿Cómo nuestros temores pueden llevarnos a tomar la dirección equivocada? ¿Qué es lo que nos devuelve a la confianza en Dios?
  • ¿De qué manera me habla esta sencillez desarmante de Jesús? ¿Cuáles son las responsabilidades que me han sido dadas en la familia de Dios?