El sacerdote mejicano Heriberto García Arias presentó el pasado viernes en Madrid su libro ‘Confesiones de un sacerdote digital’
En redes sociales no es común mostrarse al mundo desde la autenticidad. Tampoco es muy normal encontrar evangelizadores dotados con audacia para entrar de lleno en el barullo de la conversación y salir airosos del enjambre, sabiendo acercar la Palabra de Dios a la vida de la gente. Heriberto García Arias puede presumir de ambas cosas, y explica la clave de su éxito en la mezcla de lo primero con lo segundo. En su libro ‘Confesiones de un sacerdote digital’ (Publicaciones claretianas, 2024), presentado el pasado viernes 23 en el salón de actos del Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid, ha puesto todas las cartas boca arriba, a ver qué nos dice la baraja entera. Aunque si le preguntas a él, se quita importancia resumiendo su estrategia en una sola frase: “Solo me atrevo a lanzar un mensaje a las redes sociales si a mí me ha traspasado primero”.
En la puesta de largo de la novedad editorial, que como no podía ser de otra manera tuvo también su reflejo en internet [https://www.youtube.com/watch?v=g_fRAPzttxQ&t=154s], quedó meridianamente claro que no hay distancia entre el avatar y la persona; o dicho de otra forma, entre el evangelizador digital que suma casi dos millones de seguidores en TikTok y Heriberto, el sacerdote nacido hace treinta y cinco años en un pequeño pueblo de México. “Dios está en el continente digital, y saberlo me da confianza”, respondía a la pregunta sobre lo aprendido de su experiencia. “Yo lo intuía, -abundaba- pero Él me lo ha hecho ver de forma impresionante”.
No son muchos años los recorridos por García Arias en esta empresa, pues la difusión del Evangelio a través de redes sociales comenzó a partir de la pandemia del coronavirus, en el año 2020. Pero sí es tiempo suficiente para pararse y hablar sosegadamente de su labor, y de lo que ha supuesto para él y para todos aquellos que se han cruzado con sus vídeos y reflexiones en las calles de la red 2.0. Así, la presentación pivotó en torno a una charla-coloquio con el director editorial de Publicaciones Claretianas, Gonzalo Fernández Sanz. “El libro de Heriberto -subrayaba el misionero- tiene todo el sentido dentro de esta nueva colección que acabamos de inaugurar con este primer título que hoy presentamos, porque en la Iglesia necesitamos personas que estén sabiendo proceder no de la teoría a la práctica, sino al revés”. “Y es que hoy en día podemos encontrar a muchos teóricos de la comunicación, pero no hay tantos ejemplos prácticos. El de Heriberto, claramente, lo es”.
“En rigor, yo no he escrito este libro como un manual que dé cuenta de lo bien que lo he hecho”, añadió García Arias. “Más bien al contrario, he querido compartir mis errores, y lo que es mejor no hacer”. Y todo con un único fin: “calmar la sed de Dios y el hambre de eternidad que encuentro entre los que comienzan a seguirme online”, añadía. “Yo trabajo para que el mensaje llegue con calidad, pero soy bien consciente de que el resto le toca a Dios”.
¿Y si en algún momento la Iglesia te recomendara parar?, le formularon. “Me solucionaría muchos problemas”, contestó García Arias haciendo alarde de su humor y cercanía. “En todo caso, yo no he elegido esto, y a la vez sé que habrá un día en que esto se vaya a acabar”, se sinceró. “Pero no estoy aferrado, porque yo debo obedecer a la Iglesia y, sobre todo, porque sé que primero está mi sacerdocio”, concluyó.