¿DÓNDE ANDA EL ESPÍRITU?

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(Ignacio Madera, Colombia). Las complejas realidades que vivimos nos plantean innumerables preguntas. De algunas  podemos tener respuestas inmediatas, otras nos dejan en la indecible perplejidad de sentirnos desbordados y con mayores interrogantes. Me ha venido al pensamiento la pregunta ¿Dónde anda el Espíritu en este momento? ¿Dónde está en este momento esa acción del Espíritu de Dios uno con el Padre y el Hijo? Y me respondo: En la creciente conciencia del escándalo que significan los pobres y la pobreza en el mundo. Los organismos internacionales de financiación, los gobernantes de los países poderosos en sus reuniones, premios nobel de economía, están reconociendo que la desigual distribución de las riquezas y los bienes es una bomba de tiempo que urge una refundación de la economía mundial y de las políticas de estado que conllevan un cambio urgente en las maneras de comprender el desarrollo y el progreso. Por allí anda el Espíritu

En la creciente conciencia de la necesidad de respetar la creación y sus procesos, en la claridad de pasar de las palabras y los discursos a las decisiones y acciones que respeten los equilibrios en los ecosistemas y frenen la contaminación que mata especies y destruye un planeta con sus límites, a pesar de sus grandes posibilidades. Nos hemos dado cuenta que no somos dueños sino igualmente creaturas y que un respeto a la vida del planeta y en el planeta, urge. Y por allí anda el Espíritu.

En la creciente conciencia en la vida religiosa de la necesidad de mantener la esperanza y saber que lo imprevisible puede suceder, por lo que en lugar de lamentarnos y quedarnos inertes a la vera del camino, continuemos avanzando hacia las periferias existenciales de la humanidad contemporánea, buscando realizarnos hasta el último momento de la vida en la serena confianza que genera el vivir de la fe. Y allí sigue el Espíritu actuando y generando luz en las tinieblas

El Espíritu en tantas otras instancias de humanidad que podemos identificar si nos detenemos a contemplar su acción en este tiempo de temores y esperanzas.