Ahora me encuentro, no sé si regalo o condena, con mucho tiempo. Rara avis actual que desconcierta y que se anhela.
Sé que son percepciones, que lo mensurable es diverso según las vivencias y la experiencia personal, que Einstein tenía mucha razón con su famosa teoría (no sé si bien aplicada al caso que me ocupa). Pero lo cierto es que tengo la sensación de que el tiempo está dilatado.
Eso me beneficia en la oración (con más pausa), en cosas que hacía mucho tiempo que no tocaba: en pasear por lo desconocido y bello, en lecturas saboreadas, en recuerdos hermosos y actualizados, en echar la vista atrás para recordar (volver a pasar por el corazón, etimológicamente) con el posible riesgo de ser estatua de sal… Pero si la sal se vuelve sosa… Ex abundantia cordis que merece la pena con ese toque salado tan del gusto del Nazareno.
Como diminuta resurrección (actualización plena y en plenitud) de lo que nos fue regalado. No sé si morriña o saudade; quizás morriña en ese sentido positivo que enraíza y relanza en añoranza esperanzada. No puedo evitar ser gallego… tampoco quiero
Curioso que compartamos la experiencia de sobreabundancia de tiempo dentro del mismo histórico, aunque no vivencial.
Curioso, o no, que tengamos la misma sensación de que hace mucho tiempo que te fuiste … decíamos ayer
Yo dedico mi exceso a perder el tiempo. A hacer las cosas más lentamente. A hacer menos cosas y a hacer otras cosas … para las que antes no tenía tiempo.
Y en mi caso lo tengo claro. Eu non teño morriña, teño saudade