Cuando estás sobre el camino te falta perspectiva para descubrir en él la variedad de colores, dificultades y posibilidades que tiene. Cuando tomas distancia sobre el recorrido es cuando puedes agradecer, recordar y proyectar nuevos trayectos. Hemos llegado al final del año 2016. Un año más, pero cuando lo observamos en detalle, vemos lo especial que ha sido.
1030 páginas de vida
Vida Religiosa ha producido 1030 páginas con un denominador común: la vida al servicio del reino. No es una vida inventada. Es una vida real al ritmo del pueblo, de la Iglesia, del Reino. No hemos hecho sino recoger y reconocer aquello que se presentó como «iniciativa de reino» en el aquí y ahora de nuestro siglo. No es sencillo optar, hay que hacerlo y, a veces, también pierdes en el camino algo de riqueza. Como tantas veces afirmamos, nuestras páginas probablemente no recojan todo lo que hay, pero, sin duda, reflejan lo más significativo que los consagrados y consagradas viven.
Mil páginas largas puede parecer mucho o poco. Depende de la perspectiva. Tenemos la suerte de ser una publicación periódica y llegar «gota a gota» a quien quiere beber. Atendiendo a nuestro «tiempo sin tiempo» sabemos que el criterio debe ser la concisión, la claridad; dirección y urgencia.
70 autores y autoras
Vida Religiosa es una obra consolidada gracias a la proyección internacional. Su razón de ser está íntimamente ligada a la presencia de los consagrados de cada continente. Quienes en ella escriben son, por tanto, quienes en cada latitud están al ritmo de la vida consagrada y de la reflexión teológica sobre la misma. Repasando los índices de este año 2016, descubrimos un número nada despreciable. 70 personas diferentes; consagrados de congregaciones, órdenes e institutos distintos; laicos, pastores y presbíteros diversos. Mujeres y varones ofreciendo experiencia de vida y reflexión sobre la misma: ofreciendo un testimonio creyente de compromiso y misión. Cada uno fiel a su contexto y sus convicciones, nos han dejado una constatación curiosa: la vida consagrada es profundamente plural y, sin embargo, esa pluralidad anuncia un testimonio inquebrantable de ser y querer ser, la mano tendida de la Iglesia al mundo para caminar hacia Dios en este siglo.
70 autores y autoras que comprenden teólogos, teólogas; hermanos y hermanas al servicio del gobierno, la misión y la sanación; profetas y profetisas de esperanza. Testigos de la innovación y la tradición; cartógrafos capaces de ayudarnos en la lectura del tiempo como tiempo de salvación; compañeros de camino para apoyar los imprescindibles procesos de transformación en el que se encuentra la vida consagrada. Hombres y mujeres que, sin ser todos, si son los que están marcando el aquí y ahora de la teología de la vida consagrada.
23 libros
A lo largo de este año hemos presentado y recomendado 23 libros. Se trata de una selección compleja. Se escribe mucho, se publica más y se lee no demasiado. En Vida Religiosa somos conscientes de que los procesos emprendidos de transformación no se sostienen si no es desde la formación. La revista cuida el día a día, los libros con sus autores y autoras, fijan el interés y conducen hacia una proyección con recorrido. Creemos que las obras que este año recomendamos deben estar cerca de quienes quieren vivir al pulso de la Misión (con mayúscula) y no tanto al ritmo de la noticia (con minúscula). Se trata de una selección plural, intercultural e intergeneracional. Expresamente cuidamos la selección para no quedarnos en aquellos que reiteran lo buenos que fuimos y, buscamos más bien, aquellos que nos interpelan preguntándonos cómo podemos ser, ofrecer y compartir en un presente que ya es mañana.
1 disco
Transcurrido el año de la Vida Consagrada, nos pareció necesario ofrecer a las comunidades una selección de textos para ser cantados y disfrutados en comunión con un denominador común: alegraos. Y además en una doble perspectiva; la alegría de quien vive la consagración y la misión de ser alegría sanando, escuchando, educando y caminando con el pueblo. También en esta ocasión contamos con las sensibilidades diversas que componen la realidad. Ritmos y notas de los diferentes continentes vinieron a encontrarse en una obra común, coral y plural que es una buena síntesis de un estilo de seguimiento con un pasado interesante, pero menor, que el futuro que inaugura.
vidareligiosa.es
Al lado de la publicación escrita está nuestra página web. También el 2016 ha supuesto una clara consolidación acercando la urgencia de la reflexión a los ritmos frenéticos de las agendas electrónicas. Una base de datos a la que se puede recurrir para responder a los desafíos de cada jornada de misión; acentos diversos sobre realidades de urgencia y emergencia y una presencia plural y profundamente inter de autores y autoras que, en los blogs, van dejando, según su visión, aquellos núcleos que les parecen oportunos para crecer en misión y comunión.
En este año hemos intensificado la presencia en las redes sociales y sin ser nuestra prioridad la información, agradecemos los miles de seguidores que tanto en Facebook como en twitter nos dicen, cada día, que formamos parte de su vida.
8000 comunidades
Sin duda el alma de la revista. No podemos presumir de conocer a la vida consagrada porque para ello tendríamos que conocer a cada persona, pero contamos con una buena muestra de la realidad de lo que es, espera y busca gracias al reflejo que percibimos en nuestros suscriptores. Nos motiva en el trabajo reconocer a todos y todas, valorar estilos muy diferentes, ofrecer itinerarios y textos de reflexión que permitan la sabia pluralidad, dinamicen el diálogo comunitario y sostengan la tensión para crecer en todas las etapas de la vida. Somos conscientes de la diversidad de lectores y lectoras porque nuestra publicación se dirige a la comunidad y, esta, por definición, no es uniforme. Llegamos a comunidades urbanas y también rurales; obras educativas, sanitarias y de promoción social; curias y gobiernos; casas de formación, de ancianos y ancianas de América, Asia, África, Oceanía y Europa. Ninguna igual a la otra; todas integradas por vidas que buscan, creen y, a veces, desesperan. Comunidades que viven la llamada de la fraternidad como un imperativo de misión y que experimentan, como nuestro mundo del que forman parte, las fracturas interiores, la división y el silencio.
No podremos saber nunca el número real de lectores que nos siguen. Sabemos que son muchos. Hay comunidades de tres, pero también comunidades de treinta. Pensamos muchas veces en quienes están en la tarde de la vida, bien cuidados o cuidadas en lo físico, viviendo internamente la pasión por el mundo y por Cristo con urgencia de jóvenes. Pensamos mucho en las nuevas generaciones que están «haciéndose grandes en instituciones ancianas» queremos sostener su juventud, no precipitar los tiempos, ofrecer pistas para que sigan acertando y equivocando el paso, queremos responder a lo que en verdad necesitan y no tanto a lo que se nos ocurre pueden necesitar. Pensamos, en nuestros artículos, en las generaciones intermedias, a pie de misión, que buscan responder con coherencia los desafíos y alegrías que encuentran, que quieren regalar pero son conscientes de necesitar reflexión, pensamiento y hondura.
Hay un dato que nos parece muy significativo de este año y de estos años. Se trata de las comunidades que van cerrando sus puertas. Lo hacen después de un trabajo cuidado y abnegado al servicio de la misión. Son tiempos de sumar fuerzas y de innovar en la organización y también esto afecta a nuestras comunidades suscritas. A la vez, vamos experimentando como otras nuevas se incorporan a nuestra lista de destinatarios. Son tiempos de ajustes y de adecuar la identidad y estructura de la vida consagrada a este siglo XXI y nuestra revista, ha renovado en este 2016, el firme compromiso de acompañar, formar, reflejar e iluminar.