Breve enfoque psicosocio/espiritual para la mejora de la comunión
(Juan Antonio Díaz de Rada). Después de darle vueltas al corazón y a las neuronas, en una cazuela con una pequeña dosis de instinto y otra dosis de oración… he llegado a una conclusión, como siempre preliminar, que puede parecer algo extraña… Aunque no obstante tiene algún viso de realidad:
“Parece ser que Dios sólo entiende la suma… Dios sólo sabe sumar y a veces multiplica…”.
El anhelo de Dios: ¡sumar!
Es cierto que en alguna ocasión divide (Mt. 10,34), aunque se me antoja que ese día le habrían hecho una “Muy gorda” y estaba de muy mal humor… O simplemente quería avisarnos de la que se nos “Puede venir encima” si le seguimos en su anhelo de “ser uno en el Padre”. Porque si algo tiene Jesús es que “es” auténtico como la “Vida” misma. Es el que “es”: Verbo hecho carne… Y si algo anhela, es que seamos “uno” con Él en comunión trinitaria (Jn.17,21)[1]. Se trata de construir y vivir ‘Aquí y ahora’ el reino de Dios y su Justicia en la tierra[2]. Se trata de ponernos en manos del Espíritu:
“No hay mayor dignidad para un ser humano que ser cómplice del Espíritu. Que alguien sea escogido para entrar en las corrientes del Espíritu creador y recreador excede cualquier sueño o pretensión (…) La misión es una; los ministerios, múltiples»[3]
Desde este punto de arranque se pretende ofrecer un espacio reflexivo sobre la Unidad de la Iglesia. Suministrar algunas ideas que ayuden a paliar esa dispersión obstaculizadora de la Comunión anhelada.
Los conflictos de dispersión parece que se han dado desde el comienzo de las primeras comunidades cristianas, basta leer a San pablo en la primera carta a los Corintios, capítulos 12,13 y 14… En concreto en el capítulo 13 Pablo se esfuerza en recordar que el carisma de carismas es la Caridad… Pienso que es porque Dios sólo sabe sumar y es fusión permanente ardiendo con el fuego del Amor y el soplo del Espíritu. Pues bien, parece ser que siendo un conflicto tan antiguo, tenemos la necesidad de seguir con su gestión dos mil años más tarde… En otras palabras: que lo de la “Dispersión carismática excluyente” es tan de actualidad como que uno sea del equipo de fútbol del Madrid otro del Barça y en medio de un partido acaben como el ‘Rosario de la Aurora’ a farolazos, aunque a los dos les guste el “Buen fútbol”.
La Iglesia como Organización “Humana” no está exenta de conflictos… Sobre todo cuando no dejamos al Espíritu tomar la “Batuta” en su propia casa, es decir su Templo. Tod@s somos Templos del Espíritu, sacerdotes, profetas y reyes por el Bautismo; por pertenecer al Pueblo de Dios.
Pero… ¿y los conflictos?
El cometido de estas líneas no pretende ser teológico[4] -¡soy católico de a pie!-, sino más bien relacionado con la gestión de conflictos desde un enfoque psicosocial.[5]
Los conflictos no se resuelven, se gestionan. Para ello, en general, hay tres procedimientos a saber: negociar, mediar o arbitrar.
El primer paso: tomar conciencia de que existe
El primer paso en la gestión de un conflicto es tomar conciencia de su existencia y a partir de ahí podemos empezar a trabajar. En el caso que nos ocupa comenzaré por hablar de competitividad y de colaboración (Competencia y dominación versus Colaboración y servicio)[6]. Que existan conflictos entre ‘Madridistas y azulgranas’ en cierto modo es comprensible, puesto que el fútbol es un deporte competitivo y el objetivo es obvio: “Ganar yo… Para eso has de perder tú”. En nuestra Organización (La Iglesia Universal) lo suyo es la Colaboración puesto que estamos unidos por el mismo objetivo ser “uno”. Seguro que se me dirá… ¡Hombre que cosas tienes… Pues claro que lo suyo es la colaboración!…(?) Ya, ya… Ven que difícil es tomar conciencia del conflicto… De puertas para afuera diremos: “Aquí no pasan esas cosas”… Pero ¡Por favor… Si esto ocurre hasta intracomunidad! O sea dentro de nuestra propia casa. Algo inherente a la conducta humana, que no por ello incontrolable.
Tómese un tiempo de revisión e introspección, con buen sentido del humor, y considere cuántas situaciones competitivas ha ‘librado’ durante el día. ¡Amig@s lo primero es tomar conciencia del conflicto! Sin medias tintas… O ¿no? ‘Tirando’ del refranero al que le he cogido gusto diré: “En todas partes cuecen habas”.
Segundo paso: trascender la creencia de que pertenezco a un grupo o a otro
El déficit en la colaboración puede deberse a múltiples causas y diversos intereses sean estos económicos, políticos, culturales, sociales, individuales… Además hay que tener en cuenta que el Ego flota como el aceite en el agua. Nos referimos a la ‘Identidad’ no en vano la primera premisa para el seguimiento de Jesús es: “Niégate a ti mismo”. Hablamos de identidad personal… también existe la “Identidad social”. Este es uno de los aspectos clave en la dispersión carismática.
1.- El Ego nos impide trabajar adecuadamente en equipo. Si nuestra conducta está dirigida exclusivamente por nuestras motivaciones e intereses personales, es muy difícil remar “Todos Juntos” en la misma dirección y para el mismo sentido. Es casi imposible alcanzar el objetivo “Entre Todos” siendo “uno”.
2.- El Ego nos dificulta las relaciones empáticas en la comunicación. Poco podemos ponernos en “El pellejo del Otro” si estamos sólo pensando en nuestro pellejo. Por tanto nos dificulta la colaboración y la unidad.
3.- El Ego nos impide ver los errores en el trayecto que seguimos, ya que no disponemos del feed-back o retroalimentación adecuada si no tenemos en cuenta al “otro”. Siempre estaremos en nuestras ‘Verdades” absolutas y seremos incapaces de contrastar nuestra “Realidad”… por consiguiente de aprender colaborando.
Estas reflexiones inducen a pensar lo siguiente: para la gestión de nuestro conflicto además de identificarlo y asumirlo tal vez sería bueno dar un segundo paso: un cambio en la creencia sobre mi pertenencia a un grupo o a otro… De ser “de tal o cual carisma”… Para pasar a considerar que mi carisma es, ante todo, “amar” y además sentirme miembro de una Organización, antes que de ninguna otra, y esta Organización es: la Iglesia Universal… y no al revés.
Tercer paso: Hacia una mayor cohesión y unidad
Hasta el momento hemos hablado de toma de conciencia y cambio de creencia, vamos a dar un tercer paso: ¿Qué trayecto hemos de hacer, en la práctica, para intentar paliar esa dispersión y conseguir una mejor colaboración, por consiguiente una mayor cohesión y unidad?
En este breve escrito se va a suministrar un posible itinerario metodológico, que no sé muy bien si es secuencial o recursivo e incremental (¡me inclino más por lo segundo aunque no siempre y según el estado de las personas!). Lo que sí creo tener claro son los ingredientes. El objetivo es aportar un ‘granito de arena’ en la respuesta al interrogante planteado.
- a) Comenzaremos por mejorar la Comunicación[7] interpersonal, grupal y social. El objetivo es llegar a un ‘Formato y Lenguaje común’ en la comunicación. Es una cuestión de acuerdo y unificación semántica (significados), semiótica (signos) y pragmática es decir de uso y contexto lingüístico. Se conseguirá con una actitud respetuosa y auténtica generando un espacio donde se considere: “Que todos somos iguales porque somos diferentes” y un tiempo dedicado a generar ese lenguaje trans-comunitario.
- b) Emprender una tarea de revisión seria, auténtica y profunda (Análisis psico-social y espiritual) de nuestros fundamentos y raíces histórico-carismáticas. Vamos a ‘Pasar la ITV personal y comunitaria’ para continuar el viaje hacia la unidad. Trataremos de responder a estas tres preguntas:
1.- ¿Cómo están nuestros motores?: Orígenes, trayecto. Resultados. Limitaciones, fortalezas, amenazas y oportunidades (DAFO). ¿Cuáles son nuestros problemas y conflictos? ¿Cuáles son nuestras actitudes y como se relacionan con nuestra conducta? ¿Cómo son nuestros procesos de atribución? Es decir con qué teorías explicamos nuestra ‘Realidad’ y determinamos la causalidad de lo que acontece. Errores y sesgos cometidos en nuestros procesos atributivos… ¿Que consecuencias tienen nuestras actitudes y atribuciones?
2.- ¿Cómo engrasar los motores? Para ello tendremos que hacer una revisión ‘Motivacional’ profunda y aprender a generar sinergia en nuestra relación. En el engrase es importante ver qué tipo de liderazgo tenemos y que tipo de liderazgo tenemos que ‘Activar’ para conseguir nuestro objetivo.
3.- ¿Cómo poner a punto nuestros motores?… Para continuar el viaje hacia la Unidad es necesario emprender proyectos desde el paradigma de la Comunión. Ponernos en ‘Manos del Espíritu’ Silencio/Oración/Palabra/Acción. Los proyectos son la energía imprescindible.
- c) Se sugiere implementar un modelo de dirección por valores con los pilares básicos que se desprendan de nuestra tarea “Transcomunitaria”. Para ello hemos de ‘Poner sobre el tapete’ nuestros valores comunitarios fundamentales y elaborar un marco de convergencias, contemplando simultáneamente las divergencia existentes. Ésta paradoja se transciende desde la asunción en la práctica de la creencia apuntada más arriba a saber: “Somos iguales porque somos diferentes”.
- d) Mejorar nuestra sinergia en el trabajo de equipo. Se sugiere para este propósito una estructura organizativa en red ‘Descentralizada’. Todos somos clientes, todos somos servidores.
- e) Poner en marcha un mecanismo de gestión de conflictos, aplicando herramientas de corte psico-social, cuyo fundamento y ‘Engrase’ sea el amor como nos enseña Jesús.
- f) Aplicar nuestra inteligencia emocional relacionada con la búsqueda del Espíritu: “Cuando habla el Corazón de Dios”. Conseguir el Autoconocimiento, mediante la Mayéutica socrática (Hacer pensar), la Empatía, la PNL u otros procedimientos, es fundamental para alcanzar este objetivo.
- g) Mejorar nuestra creatividad aplicando las técnicas al uso y viviendo con entusiasmo los procesos pertinentes. Dejando volar al Espíritu. Sentirse cómod@ y descansad@ en la incertidumbre, la complejidad y la sencillez… Que no es precisamente lo seguro, lo complicado y lo simple.
- h) Poner en funcionamiento los procesos y técnicas, que se desprenden de la psico sociología para tomar decisiones y resolver problemas. Acompañando dicha actividad con la Contemplación activa.
- i) Vivir un Máster del Espíritu: Vivencia y complacencia en estar en las manos de Dios… Asunción existencial y vital del Decálogo paradójico[8]. Las paradojas no se resuelven se transcienden. Se trata de transcender los siguientes enunciados desde nuestro hambre espiritual.
1.- Paradoja de la Identidad: Ser no siendo.
2.- Paradoja del Conocimiento: Explicar lo inexplicable.
3.- Paradoja de la Incertidumbre: Lo cierto es lo incierto.
4.- Paradoja del Entendimiento: la claridad es lo «No claro».
5.- Paradoja de la Creatividad: El «Más de lo mismo» es la novedad.
6.- Paradoja del Tiempo: El tiempo es atemporal.
7.- Paradoja de la Comunión: Lo Uno es lo Múltiple.
8.- Paradoja de la Planificación: El plan es no tener plan.
9.- Paradoja de la Conciencia: La conciencia es la inconsciencia.
10.- Paradoja de la Estructura: La estructura es no tener estructura.
- j) Entrar en una tarea de coaching permanente. Confrontando nuestra vida con la Palabra. Jesús: “Entrenador de entrenadores” “Líder de líderes”
El Espíritu Santo: su promesa, su actuación
Este itinerario metodológico podría ser una aproximación a los ingredientes necesarios para lograr la Unicidad[9] y mejorar la Comunión: ‘Una sola alma y un solo corazón’. Dejemos hacer al Espíritu… Que sea el ‘Top Chef’ de nuestra cocina y seamos sus pinches… Preparemos un caldero de “SOPA” (=Silencio, Oración, Palabra, Acción) caliente con el fin de mitigar el frío y el hambre espiritual… El ciento por uno se nos dará por añadidura.
Damos gracias al Abbá, por todos los momentos que somos capaces de sentir, las dosis de buen humor, misericordia, paciencia y generosidad, que nos da a nosotros mismos y a los demás. Por hacernos depurar nuestras ‘Verdades’, y contrastar nuestros aciertos y errores y por su incesante sobre abundancia de “Amor”.
Terminamos recursivamente por el principio comenzando por el final (1 Co. 13), aunque no en un círculo sino en la espiral de un conocimiento que el Espíritu tiene a bien hacernos vislumbrar. Seguro que por el camino encontramos la evidencia de la multiplicación. Acerca de la Unidad Transreligiosa ya se habla hace algún tiempo… Dios sigue sumando.
1 ”Transmitir esta nueva conciencia deo-céntrica, trinitario-céntrica, es vital para la humanidad. Pero ¡qué difícil nos resulta transmitir el Mensaje, sin evitar el protagonismo del Mensajero! A veces somos tan protagonistas, nos ponemos tan en primer plano, que suplantamos o desplazamos el Mensaje, o al Dios a quien el Mensaje hace presente. Jesús hacía presente al Dios de la Luz (“los ciegos ven”), pero en seguida añadía: “No digáis nada a nadie”. Jesús nos quiere eremitas en medio del mundo” Publicado en la Revista Vida Religiosa. 14 enero 2014. José Cristo Rey García Paredes y Grupo Ubuntu: “El Ububtu del Raposo: Pasión por el todo”.
[2] Vicente Morales Gómez: “Estilo de Vida. ENMANUEL Paz, Unidad y Misericordia en medio de toda la humanidad”. 4 agosto 2010. Doc. s/n. Ver “Las matemáticas de Dios” 18-6-1992. Doc 13. Ver también “Espíritu” 15-6-1995. Doc. 359. y “Que gobierne el Espíritu” 5-2-1987. Doc. 622. Documentos comunidad Fermento Pueblo de Dios.
[3] “Cómplices del Espíritu. El nuevo paradigma de la Misión” P. José Cristo Rey García Paredes. Edit. Claret. Publishing Group. 2014.
[4] Cierto es que el escrito lleva una carga de espiritualidad, pero no pretende entrar en teología… Como dice Albert Nolan de su libro (Cuyo contenido tiene mucho que ver con el asunto que nos ocupa): Jesús, hoy. Una espiritualidad de libertad radical: ”Mi centro de atención está en la espiritualidad, no en la teología. Podríamos deplorar el divorcio que existe actualmente entre la espiritualidad y la teología, pero dado que la espiritualidad se ocupa de la experiencia y la práctica, y la teología se ocupa de las doctrinas y los dogmas, mi preocupación en este libro es decididamente espiritual” Pp. 22,23 6ª Edición. Albert Nolan. Editorial Sal Terrae Santander 2011.
[5] Sobre algunos aspectos que vamos a tocar en el desarrollo del presente escrito ver artículo del que suscribe: Revista Vida Religiosa. Monográfico Cuaderno 4/2012/vol.112. “El liderazgo para la reorganización. Fundamento, configuración y caminos. Pp 48- 58. “Liderazgo en red un sueño posible”.
[6] No toda la competencia es negativa. Existe una competitividad positiva: personas a las que les gusta destacar sin que por ello se olviden de su posición y de los demás. Gestionando la actividad de estas personas con un liderazgo positivo y colaborativo, suelen encajar muy bien en los equipos y hacer aportaciones excelentes. También hay que tener en cuenta que la colaboración ‘Excesiva’ puede no ser tan positiva. No es lo mismo servicio que servilismo. No hay mayor orgullo que la falsa modestia.
[7] Ver revista Vida Religiosa 2014. “Nuestra conducta es nuestro mensaje”. En ese escrito se suministran, por el que suscribe, algunas sugerencias para mejorar la comunicación.
[8] Son expresiones extraídas mediante análisis de contenido, por el que suscribe, de diferentes encuentros del grupo Ubuntu. El pensamiento paradójico es muy frecuente en la mística… Como comenta Albert Nolan ibid pp-95 “Pablo lo describe como la sabiduría paradójica de Dios (…) Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana” (1 Co.1,22-23.25)
[9] (Albert Nolan Ibid. Pp.181,182) El autor hace una distinción entre las palabras ‘Unidad’ y ‘Unicidad’. “Unión implicaría que hay dos o más cosas que necesitan ser unidas o unificadas (…) Unicidad, en cambio, implica que ya somos uno y que siempre lo hemos sido, y que se trata sencillamente, de tomar conciencia de esa unicidad. Será entonces, como veremos, cuando el amor brota espontáneamente”.