El Rosario merece mucho respeto. Pero más importante aún es cobrar conciencia de la necesidad de orar, sea como sea, y con los medios que sea. También para la oración vale eso de que el sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado. La oración ha sido hecha para nosotros, para hacernos bien, para que nos sintamos a gusto y cómodos. Por eso, la mejor oración es la que suscita devoción y ayuda a cumplir en la vida la voluntad de Dios.
El Papa, en su carta, ofrece dos oraciones que él ha compuesto. Les invito a leerlas, pinchando en este enlace. Y puestos a entretenernos un poco con una de esas oraciones, se podría pensar en un juego familiar, o en un juego para la clase de religión. Leer la segunda de las oraciones del Papa, y que cada oyente destaque cuál es la petición concreta que le ha parecido más necesaria. Pongo un ejemplo de estas peticiones del Papa: “Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares (a la del coronavirus)”.