Tres sujetos montados en camellos que dicen -ante la mirada atenta de unos agentes de tráfico- buscar a un recién nacido, siguiendo una estrella fugaz, en plena noche, cargando oro y otras sustancias. El agente -claro-, les invitaba a descender y hacer la prueba del alcohol.
Gracioso o no, estamos en una época de pruebas y resultados para demostrar cómo estamos. Las cabalgatas de Reyes y sus colas han pasado a los lugares de vacunación de la COVID por múltiples motivos. En el cómic se busca un niño. En nuestras vidas queremos normalidad.
El evangelio de Mateo nos refiere que Herodes -gobernante absoluto de turno- quita de en medio a todo aquel que pueda ponga en peligro su corona; sean Magos o no. El rival de su historia será un niño pequeño e insignificante, mostrando el miedo inconfesable a abandonar su estatus. El asunto se actualiza cada año. En éste -con cierto cansancio- pedimos «normalidad» y la vuelta a lo de antes.
En todo este tiempo han brotado muchos chistes en los que se muestran nuestras debilidades e incapacidades como especie para hacer frente a un microorganismo cuasi invisible. Y en cada uno se pone de manifiesto lo que anhelamos y lo que necesitamos. Ojalá los Magos del Oriente, santos de la Adoración, se rían de nuestras cartas y nos regalen oro, incienso y mirra. ¡A ver para que nos sirven en estos momentos!